¿Cómo puede pedírsele a la juventud congruencia cuando el estado comete fraude electoral y luego exige el cumplimiento del estado de derecho o cuando se habla de valores y luego se protege a políticos y sacerdotes pederastas?
La Barrikada de los Cinco Señores pone un ejemplo. Hay sectores de la juventud francamente cansados de lo que ocurre con el sistema sociopolítico mexicano.
La ambivalencia confunde y enoja y no puede esperarse el sometimiento que el estado desearía usando los medios masivos de comunicación.
La acción política del estado se hace cada vez más complicada, pues ya el imaginario colectivo reconoce a los medios como indignos de credibilidad e incluso ejemplos de mendacidad.
La asunción al poder de Calderón es un acto de falsedad una farsa que desea poryectarse en la conservación del liderazgo popular legítimo de AMLO. Calderón solamente puede sostener su farsa por la fuerza, mientras que AMLO se sostiene en el liderazgo popular por medio de la credibilidad que le da un vasto apoyo popular, porque no es él al que se desea, sino que el anhelo de la gente es un cambio real.
Nada de lo que representa Calderón podrá sustituír la propuesta de cambio desde abajo, que tampoco AMLO puede manejar, lo que está emergiendo en el mundo es producto de una transformación social histórica.
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