Vivir Mejor

David Winter (2004), al resaltar la correlación entre el éxito electoral y el grado de correspondencia existente entre el perfil motivacional de la sociedad y el líder (leader – follower match), justifica la importancia que tiene para el ejercicio político posicionar al candidato como reflejo de los anhelos populares. En un abordaje psicológico, es interesante conocer los rasgos de personalidad que dibujan al mejor líder político en términos de su congruencia social y cuáles serían las condiciones socialmente deseables para la eficacia en este desempeño o en contraste, aquellas que describieran a un líder patológico, antisocial. Es de esperarse que cualquier líder sea narcisista (Post, 2004), pero más allá, existen líderes que tienen una forma maligna de narcisismo, que aquí se considera impregnada de rasgos psicopáticos. Esta es la hipótesis de trabajo: existen líderes políticos que presentan rasgos narcisistas graves junto con fuertes rasgos antisociales, por ello es importante detectarlos a tiempo. En un trabajo sobre la psicopatía en los líderes empresariales, que por cierto no estarían tan alejados en sus rasgos de personalidad de los políticos, Babiak y Hare (2006: ix –x) establecen una diferenciación básica:

“Hay quienes han titubeado al experimentar un sentido moral de lo “correcto” debilitado de frente a una tentación excesiva de acceso fácil al poder. Otros podrían sentirse justificados al cosechar recompensas en proporción al tamaño de la organización que dirigen, argumentando que sus extravagancias parecen excesivas solamente para aquellos que tienen pocas expectativas de ser recompensados. Mientras que otros se abrazan de los mantras que les son útiles como “la codicia es buena” y que el éxito a cualquier costo es justificado e incluso deseable. Pero existe otro grupo, en el que los comportamientos y actitudes son potencialmente mucho más destructivos para la organización y sus empleados que los anteriores, motivados simplemente por la codicia o por la grandiosidad. Dicho grupo...despliega un trastorno de la personalidad enraizado en la mentira, la manipulación, el fraude, el egocentrismo, la crueldad y otros rasgos potencialmente destructivos”.

La frase "Vivir Mejor", implica reflexionar sobre la necesidad que tiene el gobierno espurio calderonista de que la población se identifique con ellos en sus ambiciones, en el logro de un estándar de bienestar que es definido autoritariamente desde la metrópoli, nunca por los anhelos de la población. "Vivir Mejor", es un cliche de la nueva cultura del hiperconsumo (Lipovetsky, 2007) y no desde la posición de cada una las distintas culturas que conviven mundialmente. "Vivir mejor", es tratar de imponerle al pueblo valores sobrepuestos, ajenos a su cultura, totalmente consumistas, con el interés adicional de generar necesidades creadas que favorezcan a las empresas que han "puesto" al gobierno federal actual.

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