Granadas en Morelia. Estado Terrorista

El Asunto de las Granadas en Morelia podría tener otra explicación: Que es el Estado el que lo ha cometido, junto con otros crímenes sangrientos en contra de la población civil. Esto tiene la finalidad de crear terror en la población y tener pretexto para sacar a los militares de sus cuarteles, en la continuación del golpe de Estado instaurado desde el 2 de julio de 2006. El estado de origen del Perredismo, Michoacán, es hoy totalmente patrullado por los militares y el Estado mantiene a la población aterrorizada. Las acciones represivas entonces quedarán impunes y cada vez habrá más actos de los militares y paramilitares – supuestos narcos – en contra de la población.

Se simula el combate a la impunidad de delincuentes inventados y no se combate la verdadera impunidad sangrienta, la de los gobernantes abusivos y psicópatas.

“Cada día adicional que gobierna un Marín, que salen en página de socialités hijos de Hank y de otros góbers del EdoMex, que toma champaña en lujoso restaurant de Polanco hermanito incómodo, o que se pasea en avión privado primer hijastro forrado de contratos Pemex, se refuerza la idea de que los que gobiernan hoy día no solamente no pueden, sino que capaz que son socios y cómplices (Juan Enríquez Cabot, Reforma, 1-09-08)”.

El ejemplo de impunidad que dan las autoridades es algo que se reproduce a todos los niveles. La gente comete ilícitos porque el gobierno los comete y no castiga a nadie de los suyos. Se identifica con ellos. Sobre todo quienes votaron - engañados por la mercadotecnia política - por Calderón, se sentirán más proclives a actuar en la impunidad. Una conducta reprobable como la del fraude electoral y la de conseguir financiamiento mafioso para alcanzar el poder, puede reproducirse en las familias. Por eso el cinismo no puede alcanzar "la limpieza de México". Ni su “iluminación”.

“La impunidad festeja a diario. Celebra que triunfa una y otra vez sobre una vaga y estéril conciencia de lo público. El impune reina al haber descifrado el engranaje de nuestra maquinaria. No hay mejor alumno de nuestras reglas que el impune. Una impecable racionalidad define sus actos. Sabe bien que su apuesta es sensata. En algún sentido, el transgresor es la sensatez: el discípulo aplicado de nuestra escuela real: ésa que, en la calle, en el casa, en el trabajo nos enseña a ubicarnos en el mundo. Las reglas son recomendaciones para tontos; los castigos son fantasmas que sólo atemorizan a los supersticiosos; el poder público, un aliado de negocios. El transgresor sabe bien que las posibilidades del castigo son mínimas y que el miedo colabora con el atropello(Jesús Silva Herzog – Márquez, Reforma, 1-09-08)”.

El ambiente de impunidad se vive en toda la escala social y en todos los niveles de poder. La gente se siente cómoda delinquiendo o teniendo conductas poco honestas porque las toma del ejemplo que dan las autoridades, el Estado. Empezando por un presidente ilegítimo.
En el ambiente político, en situaciones de ansiedad colectiva extrema, debido a amenazas percibidas por la población, un líder narcisista surgiría con gran reconocimiento y aprobación si llegara a ser plenamente complementario con la manera en que la colectividad piensa que sería mejor solucionar su angustiante situación. A través de una “psicología del narcisismo”, puede encontrarse una relación entre el líder carismático, “hambriento de espejeo” con el seguidor “hambriento de ideal” (Post, 2004).

Se mantiene una estrategia de aterrorizamiento en contra de la población por parte del gobierno federal. Incluso, tienen el cinismo de pedir "unidad", cuando ellos mismos han generado el ambiente violento. ¿Cuáles son las facturas que Calderón debe a la delincuencia organizada?

La táctica no es nueva, la utilizaron los nazis cuando incendiaron el Reichstag, cuando culparon a los judíos de la delincuencia, cuando acusaban a los comunistas de actos violentos. Se trata de legitimarse en base al terror y procurar que la población atemorizada pida un Estado violento.

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