Temen Perder el Poder



La delincuencia organizada está infiltrada en la clase política. De hecho la clase política mexicana es por sí misma una delincuencia organizada, que goza de poder, impunidad y actúa corruptamente. Conductas antisociales típicas de un triángulo perverso, en el que muchos actúan en colusión.
¿Cómo hemos llegado a dejar al país en manos de estos personajes?
“Más allá de la violencia estructural del hambre, provocada por el saqueo devastador de los neoliberales que se adueñaron de México, hoy se distinguen, y se desarrollan en forma complementaria, otras dos violencias: la de la guerra civil, que protagonizan los cárteles y las fuerzas armadas, y la violencia política, que corre a cargo exclusivamente de eso que todavía algunos denominan, a saber por qué, las autoridades (Jaime Avilés, La Jornada 22-05-10).
No coincido del todo con Jaime, pues la complementariedad deslindaría a los políticos de conductas criminales típicas. De hecho, cabe pensar que éstos son más antisociales, pues cometen los delitos que dicen combatir y a ellos le agregan los que los elevan al poder, como los electorales.
Lo saben, pero no les da culpa, sino que cuando son atacados, solamente se ponen ansiosos, pues lo que temen siempre es perder el poder. Con tal de ganar poder son capaces de aliarse con sus supuestos adversarios, como es el caso reciente de las alianzas PRD – PAN y pronto veremos, por ejemplo la alianza entre Elba Esther Gordillo y Enrique Peña Nieto. Quieren el poder para enriquecerse y ser impunes. No les interesa el pueblo. 

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