No Estanos Viviendo Mejor

La idea de combatir al crimen de Calderón ha sido todo un fracaso. La espiral de violencia va en ascenso. No lo hizo por sus causas sino por la consecuencia: que las fuerzas represivas se apropiaran del país, pero ahora lo comparten con los grupos de delincuencia organizada y sus apéndices de economía informal. Es totalmente irresponsable pretender endosar a la sociedad, sobre todo a la parte de ella que lo consideramos ilegítimo, el combate a la delincuencia. Por algo “juran” hacer cumplir la constitución y las leyes que de ella emanan. Los ciudadanos no tenemos por qué hacer lo que gobernantes irresponsables no hacen.

Se sabe que las causas del crimen organizado se sustentan en la deficiencia educativa y en un modelo económico fallido. Los jóvenes se suman a la delincuencia en su mayoría por encontrarse en estado de desesperación y desesperanza. El llamado del mal para ellos es audible porque no encuentran cosas buenas qué hacer. El Estado es fallido porque no da oportunidad a su población de “vivir mejor”. Mejores oportunidades de vida para todos los mexicanos pasan por la renuncia inmediata del gobierno calderonista. En este momento se justifica más, cuando ya ha dado inicio la sucesión presidencial de 2012 y Calderón ya no es escuchado, mucho menos obedecido ni por quienes le apoyaron para llegar a la silla presidencial.

Además, tiene mayor peso en la impunidad que vive la criminalidad, la que disfruta el régimen calderonista. El hermano del secretario de gobernación, a su vez funcionario público, quedó completamente expuesto ante los medios internacionales de comunicación en una conducta violenta, producto del abuso de sustancias, al menos alcohol, que también es una droga que dicha persona promovía en su puesto de Director del FONATUR. Cada uno de los miembros del gabinete de Calderón tiene ejemplos de diversas actuaciones ilegales impunes. Así ha sido su vida.   

Criminales políticos equivale a delincuencia organizada. Ejemplos sobran. Incluso en esto se incluye la impunidad con la que el gobierno mexicano favorece a la asesina Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos y al ejército mexicanos en la matanza de adolescentes inermes en la frontera. Su único delito era ser jóvenes, tal vez desesperanzados como muchos. Y se acusa a los organismos de Derechos Humanos de ser “tontos útiles”
La voracidad de la clase política y de la empresarial., en una alianza mafiosa, han relegado al bienestar popular al último lugar. Se le ofrecen al pueblo paliativos y promesas vanas. Cero oportunidades; de ahí el éxodo a los Estados Unidos, a pesar de las limitantes. Todo es mentira. El 19 de junio de 2010. René Delgado decía en Reforma:
“…Es mentira decir que se está a favor del acceso a la información y la transparencia cuando por lo bajo se golpean los cimientos de ese derecho. Es mentira salir con el cuento de que "existe una percepción generalizada de que el objetivo del gobierno es 'combatir el narcotráfico'" cuando, durante meses, ese gobierno se llenó la boca publicitando sus acciones "para que la droga no llegue a tus hijos". Es mentira decir que el país atraviesa por una crisis de imagen cuando su cuerpo presenta heridas criminales. Es mentira sacar de la manga un decálogo de intenciones para, al paso de los meses, deshojarlo y tirarlo a la vera del camino, ansiando llegar al término del mandato…”.

En entrevista con La Jornada el 29 de junio de 2010, en alusión al llamado al diálogo de un Calderón desesperado por su ineptitud para enfrentar la violencia, Andrés Manuel López Obrador sostuvo que “a pesar que hay claras evidencias de que dicha política económica es errónea, no se percibe en Calderón ni en las 40 familias de potentados que realmente gobiernan al país, ningún interés para cambiar la política de saqueo, de pillaje y de exclusión que margina a la mayoría de los mexicanos y que ha llevado a está descomposición social y a este estallido de odio irracional y a está inseguridad y violencia”.

En verdad, es la política económica neoliberal y la corrupción de la clase política la que ha llevado al país en la situación crítica actual. 

No estamos viviendo mejor, sino peor. 

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