La Historia...

Ayer por la tarde, mientras paseaba por el parque de "La Bombilla", donde hubo un restaurente en donde fue asesinado el Presidente Obregón, recordé a su asesino, León Toral, que fue uno de los tipos que anteceden al panismo extremo que hoy pretende gobernar al país. Católico fanático, fue en su momento portavoz de la intolerancia religiosa. No hay que negar que enfrente de él, su víctima, era muestra de una especie de intolerancia jacobina.

El enfrentamiento entre estas dos visiones de México ha acompañado siempre a la historia de este país. No ha cesado. Ahora vuelve, pero con muchísima más gente. Se están reeditando las condiciones previas a la Revolución de 1910. La derecha pide reconciliación y trata de comprar conciencias, quiere olvidarse de toda la historia, incluso de la relativa a la campaña electoral reciente.

Al haberse dejado manipular por los propagandistas gringos, para ganar la presidencia, Calderón pagará muchas facturas. Una de las más caras es que se reinició el conflicto que vivió el país en el siglo XIX. Tal vez era necesario para los conservadores renacer de esa manera, pero históricamente, fueron estas visiones enfrentadas lo que aprovechó Estados Unidos para desmembrarnos.

El miércoles 5 de julio, cuando en el programa de televisa se hacía el burdo teatro que intentaba legitimar el fraude, Joaquín López Dóriga presentó cínicamente un mapa de un México dividido en azul, el norte y amarillo el sur, con la excepción obvia de Yucatán azul y Zacatecas amarillo. Yucatán hizo intentos separatistas con el traidor Zavala - el que sí vendió Texas - y Zacatecas como consecuencia de los múltiples migrantes de ese estado en los Estados Unidos. Esta división es lo que conviene a los gringos y en este sentido, el triunfo derivado de un fraude electoral en realidad no es de Calderón, sino de Bush.

La defensa del voto y del país va para largo, pero sin duda uno de los resultados será una izquierda fortalecida a la que será difícil vencer por decreto. La sociedad consciente cada vez será mayor y la desesperación de la derecha crecerá, pues en esta lucha nos se trata nada más de impedir el acceso de un hombre al poder, como ellos creen.

Se le quiere hacer creer a la gente que existe un país dividido, cuando lo que pasa es que hay un interés por dividir al país. La mejor manera de evitar esta división sería repetir las elecciones, tal vez incluso con nuevos candidatos, que concertaran la unidad y que no se aventaran tanto excremento en la campaña. Eso sería lo justo y benéfico para el país. Reeditar una reyerta histórica solo beneficiará al tio Sam.

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