LA PROVOCACIÓN SANGRIENTA



Es lógico que desde la ultra-derecha se busque realizar un acto de provocación, que sea respondido con violencia por los seguidores más duros de AMLO o bien, que se realice un acto violento donde se culpe a éstos. Es una estrategia muy común y que se acostumbre desde la trinchera reaccionaria. Algo que pudiera escandalizar a la oinión púbica, tanto nacional como internacional. Tendría que ser sangriento.

Esto es parte de una estrategia de propaganda, en la que se trata de convencer a quienes no están alineados con el pensamiento totalitario de la derecha.

La historia así lo demuestra. Anna Arendt, en su libro "Los Orígenes del Totalitarismo" (Editorial Taurus) señala:

"El Terror, como contrapartida de la propaganda, desempeñó un papel más grande bajo el nazismo que bajo el comunismo. Los nazis no liquidaron a figuras prominentes, como habís sucedido durante la primera oleada de crímenes políticos en Alemania (los asesinatos de Rathenau y de Erzberger); en vez de ello, matando a pequeños funcionarios socialistas o a miembros influyentes de los partidos adversarios, trataron de demostrar a la población los peligros que implicaba la mera afiliación a esos partidos".

"Como los movimientos totalitarios existen en un mundo que en sí mismo no es totlitario, se ven forzdos a recurrir a lo que comúnmente consideramos como propaganda. Pero semejante propaganda siempre se dirige a una esfera exterior, bien a los estratos no totalitarios de la población del país o a los países extranjeros no totalitarios. Esta esfera exterior hacia la que se dirige la propaganda totalitaria puede variar considerablemente; incluso después de la conquista del poder, la propaganda totalitaria puede dirigirse a los segmentos de su propia población cuya coordinación no ha sido seguida por un suficiente adoctrinamiento".

Se trataría de una fase en donde la propaganda ya no sería electoral, sino más bien uan combinación de actos violentos, públicos, con una gran difusión en los medios, de manera que se generara terror en la población y en cierto sector de ella, la exigencia represiva, la "mano firme" que tanto prometió Calderón en su campaña electoral.

Comentarios