Será muy complicáado que Calderón se legitime. Más bien está perdiendo con creces las identificaciones que hicieron las personas que votaron por él. En realidad, Calderón no logró votos gracias a su carisma, sino gracias al carisma de AMLO, que tuvo personas que realmente lo odiaron debido a los esfuerzos mediáticos de ponerlo como el mal. Pero Calderón no encarna ni a los pacíficos ni a los buenos en el imaginario popular. De hecho tendría que pensarse que está muy en duda su eficacia política y que solamente podrá gobernar con la ayuda del ala tecnócrata del PRI, más que con la ayuda del PAN. La legitimación será muy cara.
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