La corrupción continúa, el despojo a los pobres se mantiene con la complacencia del sistema de partidos políticos. El sistema financiero sigue explotando a la clase media y los pobres son hambreados por los especuladores, cómplices del gobierno federal en el fraude electoral.
Los medios tratan de cualquier manera de impedir que se conozca la inconformidad profunda y el hartazgo de la gente. Pero ya existen muchas maneras de convocar al pueblo a manifestarse. Ya ni importará que se le acuse de violento. La organización popular será posterior a la violencia, pues la acción colectiva surgirá de la desesperanza.
Pareciera que la violencia ejercida por el pueblo será la única salida. Pronto va a comenzar una crisis económica de grandes proporciones y entonces ya no habrá explicaciones ni justificaciones posibles. Ya hay demasiada gente con hambre y esperanza perdida que verá en el camino de la violencia social la única solución digna. En esta acción colectiva, que podrá ser totalmente caótica al principio, ya no habrán argumentos, ni ideología, ni liderazgo. Será simplemente la violencia popular surgida del Hartazgo Popular, de la desesperación.
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