La violencia entre los narcos y ahora el surgimiento de “escuadrones de decapitación”, así como la confrontación entre los peores elementos de la derecha, da cuenta del estado de violencia al que Calderón ha llevado en tan pocos días al país. Pudiera pensarse que es una parte de la estrategia de intimidación del fascista. Sin duda alguna, la estrategia de la derecha para mantenerse en el poder es continua. Pero el conflicto al interior del PAN denota que habrá purgas entre ellos.
Uno de los orígenes de la inconformidad común de narcos y panistas es la repartición de cuotas de poder, en la cual se han visto favorecidos zedillistas y salinistas, en perjuicio de los demás.
La envidia es destructiva. Panistas duros y narcos no se van a quedar con las manos cruzadas si se les retiran oportunidades de negocio.
La reyerta interna en el PAN persisitirá, pues se trata de una lucha interna por el poder, por lo que se seguirá observando violencia.
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