"El primer cambio que tenemos que hacer los mexicanos es un cambio de mentalidad, de actitud, de carácter, es un cambio muy profundo para dejar de vernos con sentimiento, con resignación y a veces hasta con lástima", dijo el espurio.
En realidad, muchos no nos resignamos a su usurpación y a que siga sosteniendo el estado de injusticia social que prevalece en el país. Es una burla que crea que hay gente que se mira a sí misma con lástima. Esa no es la generalidad del mexicano. Ahí está la escisión de su estructura psíquica, en la que sus lloros lastimeros a los poderosos para que lo voltearan a ver, para que lo apoyaran en su campaña electorera, haciendo compromisos incumplibles, daban testimonio de su condición lastimera. Ahora qué podrá decir cuando cada vez más se pone en evidencia que no podrá cumplirle a nadie. Él mismo se da cuenta y de allí surge su temor de perder el poder y pretendida - jamás lograda -, legitimidad.
Habla de “poner a los niños y jóvenes a hacer deporte para que se alejen de las tentaciones de los vicios y adicciones”. Se sabe que Estados Unidos es el mayor medallista Olímpico y el país con mayor interés por el deporte y además es el país con mayores índices de adicción. Entonces la adicción al parecer no es consecuencia de que no se practique deporte o haya interés en él. La adicción no es un vicio, ni una tentación, es una enfermedad multifactorial cuya prevención y rehabilitación debieran pasar por la buena voluntad de la sociedad y el reconocimiento de la responsabilidad de cada actor en la solución del problema.
En eso Calderón es bastante ignorante. No hay que olvidar el famoso video que le exhibe borracho. Además, habla de “poner”, como si los niños y jóvenes no tuvieran derechos. Agrega que se les practique antidoping, cosa totalmente violatoria de los derechos de cada niño, que los pone como si fueran presuntos delincuentes y los estigmatiza. Su preocupación subyacente es obvia, tener otra manera de controlar a las familias mexicanas, como parte de su proyecto fascista.
¿Qué va a hacer Calderón por los adictos al alcohol? Sería traicionar a los dueños de las alcoholeras que le ayudaron al fraude electoral y que contribuyen a la desinformación, deseducación y enajenación del pueblo. Hay más muertos por cirrosis alcohólica y accidentes automovilísticos en estado de ebriedad que los muertos que se hace el narco en sus guerras. Es muy probable que el espurio, en cuanto deje la sustancia adictiva del poder - tal vez más pronto de lo que él quisiera -, se dedique ahora sí a emborracharse en forma, como muchas personas narcisistas patológicas que al ser abandonadas del reconocimiento de la gente, tienen necesidad de drogarse para seguir sintiéndose omnipotentes.
Es imposible esperar que un fascista cambie de mentalidad. Su condición autoritaria es caracterológica y además, la ha heredado con miedo.
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