El oportunismo y la conmiseración. No hay México Triunfador.

Ya hay voces que señalan que Calderón “ha tenido mala suerte”, que no puede quedar bien con nadie, que le es difícil enfrentar todos los retos que se le han presentado. Esto puede ser una estrategia de comunicación política para que la gente se conmisere de él y gane puntos en populariad gracias al “síndrome de Pepe el Toro”, es decir, que la gente se identifique con el espurio desde su autoestima depresiva, que piense que Calderón es un pobre diablo como la prte devaluada que los mexicanos afectados por la pobreza o por la cultura de la autodevaluación que contradice al mensaje del “México triunfador” que alguna vez, no hace mucho, el espurio quiso proyectar.

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