VORACIDAD


Esta foto, del 13 de febrero ded 2008 y publicada en Reforma al día siguiente, no tiene desperdicio. Cabe observar la manera en que mira las botellas Calderón y la forma en que sonríe Zavala. El sujeto aprovecha su posición para lograr sus anhelos tempranos de voracidad. Ha conseguido una pareja que en franco Follie a Deux coopera para que Calderón se sacie, llene el gran vacío interno narcisista que tiene por medio del poder.

En la medida en que sus anhelos ilimitados de poder no son compensados, la rabia narcicista surge y muy probablemente la depresión que le hará sentir más vacío.

Jacobson (1964), postula una conexión entre las manifestaciones narcisistas y la depresión, proveniente del distanciamiento entre las representaciones del self y la realidad, que da lugar a un afecto depresivo. También Mc Williams (1998) enfatiza la correlación entre trastorno narcisista y depresión, haciéndose manifiesta ésta en el trastorno narcisista a diferencia de la depresión caracterológica, por la sensación subjetiva de vacío, de la que Kernberg (1975), también hace referencia. El líder narcisista patológico, al ver frustradas sus representaciones omnipotentes por una realidad que lo confronta, se deprime y puede llevar a la introyección de toda la rabia destructiva que durante su vida ha proyectado. Eso explica muchas actuaciones autodestructivas en esta clase de líderes.

Es de esperarse que, si existiera un fracaso electoral para el PAN en el 2009, o si las encuestas de opinión siguieran a la baja en lo que a la aceptación y popularidad de Calderón se refiere, éste se derpimiría con rabia, tal vez en cierto estado de confusión que le implicara la remoción impulsiva de colaboradores y la realización de actos represivos violentos. Por ello es importante que el espurio sienta que es rechazado y que se de cuenta que sus necesidades de poder nunca serán satisfechas.

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