"Para que vivamos mejor"



“Ese es el objetivo de mi Gobierno: construir un México donde todos vivamos mejor”.

De esta frase pronunciada en San Juan Chamula el 6 de abril de 2008, pueden desprenderse algunas intenciones de Calderón:
1. “Mi gobierno quiere construir”. Realmente el gobierno pertenece a Calderón? Se hace evidente que quiere seguir frenéticamente posicionando como líder, pues sabe que no ha logrado ninguna legitimidad, peor, ha ido perdiendo aceptación entre quienes votaron por él.
2. Últimamente, los propagandistas del gobierno han estado tratando de retornar a la frase “para que vivamos mejor”, a fin de llegar a las elecciones federales con la idea de que “ya vivimos mejor” gracias al gobierno de Calderón.
3. Si se pretende construir, quiere decir que hasta este momento, Calderón y su gobierno no ha construido nada, ni siquiera una mejor imagen.
Es muy importante generar mensajes que nieguen que la gente “vive mejor”, pues la realidad es que la calidad de vida de la mayoría de los mexicanos se está reduciendo; prueba de ello es que la emigración continua debido a la falta de expectativas de las familias mexicanas y que existe una inflación evidente que implica la dificultad económica que los mexicanos.
En dicho discurso, Calderón reitera constantemente la palabra CERTEZA, que la toma precisamente de Luis Donaldo Colosio, cuando era Secretario de Desarrollo Social en el Sexenio de Salinas. Es decir, aquí hay una evidencia de que se está tratando de reproducir la situación del proceso de legitimación política de Carlos Salinas que ocurrió previamente a las elecciones federales de 1991.
Es importante mantener en el imaginario político colectivo la analogía entre Calderón y Salinas, sobre todo en el proceso de legitimación después de haber sido llegado al poder fraudulentamente y en el engaño que se pretende realizar de nuevo al pueblo mediante supuestos programas de beneficio social, como “Vivamos Mejor” y “Solidaridad”, que al final despojan al pueblo de la poca riqueza colectiva o patrimonio social que les queda.
El colmo de dicho discurso en el pueblo de los peores caciques indígenas es cuando apoya a Luis H. Álvarez, que es uno de los principales traidores a los Acuerdos de San Andrés. ¿Por qué no mencionó en su discurso el incumplimiento de dichos Acuerdos? Apuntalar políticamente a Álvarez da cuenta de la intención de sostener la política Zedillista de mantener la situación de miseria de los indígenas chiapanecos. Una burla, pues. Es decir, Calderón fue a burlarse de los indígenas a su tierra.
La realidad es evidente, aunque Calderón, Sabines y Luis H. Álvarez hagan como que no la ven, los cinturones de miseria que surgen en San Cristóbal de Las Casas están en todos los puntos de la ciudad y dan cuenta de que los indígenas chiapanecos cada vez viven peor, que las condiciones sociales están a punto de explotar y que lo que pasaba en 1993, antes del levantamiento zapatista, era mejor que ahora.

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