"Vivir Mejor" 2

“Calderón presentó el lema de la campaña panista para las elecciones de 2009: Vivir Mejor. La política social calderonista tuvo un espectacular despliegue de publicidad mostrando su nueva imagen, la de Presidente-candidato. Conforme aparecen los documentos oficiales de Vivir Mejor, las suspicacias iniciales se confirman: es una estrategia electoral que busca que el PAN gane la mayoría en la Cámara de Diputados, y para lograrlo van a utilizar todos los recursos disponibles del gobierno federal (José Luis Piñeiro, El Universal 10-05-08)”.

Vivir Mejor va más allá de un simple lema, se trata de una estrategia de aculturización, de adaptación a la cultura globalizada que desde el Consenso de Washington trata de imponérsele al mundo.
Se vuelve a la pregunta: ¿Quién define qué cosa es vivir mejor?
La búsqueda de una “mejor calidad de vida” ha llevado últimamente a cientos de miles de mexicanos a buscarla a Estados Unidos. “Vivir Mejor” para ellos no puede ser encontrado en su país. El objetivo que aduce el mal gobierno es un “Desarrollo Humano Sustentable”.
Es cierto, se trata de la concentración de acciones del gobierno federal, pero con un fin distinto al que dicen. Lo que pretenden es lanzar un programa ideologizador y electorero. Pero la realidad se impone: “Vivir Mejor” no hará que la emigración masiva se suspenda. La ideologización ya ha tenido su éxito en los mensajes globales que desde la metrópoli se lanzan a todo el mundo y “Vivir Mejor” ya está en el imaginario colectivo de muchas culturas como lograr lo más pronto posible el éxito material que aparentemente – a pesar de su endeudamiento compulsivo – las familias de Estados Unidos tienen.
Entonces “vivir mejor”, el programa de Calderón para lograr votos en las elecciones federales de 2009, no es más que un intento de soborno para las clases necesitadas. Es la vil compra del voto. Pero en los votantes que venden su voto, pareciera que ya no hay lealtad y Calderón no debería estar tan confiado en su voto, dada además la circunstancia de que debido a la proyección de la imagen personal, cada vez es más difícil que se vote por el partido y cada vez más fácil que se vote por el personaje. Y personas sin carisma, perversas, como las panistas, no se encuentran en primer lugar en el ideal del yo de la colectividad.

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