Los Torturadores Panistas de León

ORIGEN DE LA TORTURA EN EL PENSAMIENTO PANISTA DE HOY

Es importante recordarle a los panistas la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas y Degradantes:

Artículo 1. “Se entenderá por el término “tortura” todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona Dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas o que sean inherentes o incidentales a éstas”.

La manera en que un sujeto perteneciente a un cuerpo represivo será moralmente capaz de infligirle tortura a otro ser humano, es que dicho represor haya sido torturado antes. En muchos casos, los elementos policíacos se inclinan a contratarse en dichas “instituciones”, porque se trata de sujetos con personalidad antisocial. Así lo muestran los perfiles de personalidad deseados en los controles de confianza que se hacen a los grupos policíacos en México y otros países. La vocación de servicio a la comunidad queda de lado.

Se sabe también que muchas personas con rasgos de personalidad antisocial, fueron maltratados severamente cuando niños, de ahí que no hiciera falta en muchos casos que en el entrenamiento policíaco se les someta a tortura. Si bien, un episodio de tortura durante el entrenamiento, puede producir una regresión a los estados de tortura que el entrenado sufrió en la infancia, lo cual lo hará surgir del entrenamiento con la suficiente peligrosidad social. Esa es la finalidad de que se les aplique tortura estos policías en su entrenamiento, recrudecer las condiciones traumáticas de su infancia para convertirlos en crueles torturadores sin escrúpulos. Esto puede ser contraproducente, pues una vez que deserte el elemento, se convertirá en un delincuente violento, tal vez al servicio de algún delincuente de cuello blanco - político, financiero, capo mafioso -.

Quien diseña estos entrenamientos, lo sabe bien y quien lo permite también. Así, quienes han apoyado al alcalde PANISTA de León en su cínica defensa del entrenamiento de sus genízaros, seguramente también son psicópatas que han recibido en su momento tratos torturantes, degradantes y abusivos, por ejemplo como los que se aplicaban y tal vez todavía se apliquen en las escuelas religiosas católicas de nuestro país, especialmente las del Bajío.

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