La superstición dice que si se rompe un espejo se tienen siete años de mala suerte. Tal vez esto representa la muerte de un amigo y socio indispensable para el ejercicio del poder en Calderón. Un líder político narcisista maligno, no puede explicarse sin la compañía de un “espejo”, es decir, alguien que día y noche le reafirme y le gratifique todos aquellos pretendidos aciertos que pudiera creer que tiene en el ejercicio de su labor. Calderón indudablemente tenía a Mouriño como uno de tales espejos y es de esperarse que su esposa, Margarita Zavala, también lo sea.
La muerte coincidente de Santiago Vasconcelos y Mouriño Terrazos hace levantar sospechas. El primero, dueño de mucha información sobre los cárteles del narcotráfico y el segundo “espejo” de Calderón y alguien que también era poseedor de información. Si el golpe fue fortuito, es decir, producto de un accidente, es prueba plena de negligencia en el ejercicio del poder, si fue un atentado, es muestra de la debilidad del gobierno federal ante la delincuencia organizada. Y no sólo debilidad, sino que denota la existencia de una grave infiltración, como ya había sido demostrada la semana pasada.
Además, no se ha caído aun en la cuenta de que siendo accidente, los habitantes de la Ciudad de México, están en un grave riesgo de que la caída de un avión sobre suelo urbano se repita. Otra muestra de negligencia.
Negligencia y Corrupción, son la marca del gobierno calderonista, que hoy trata de despedir a uno de sus estrategas maquiavélicos con funerales de Estado. ¿Podrán reponerse del golpe antes de las elecciones federales?
¿Quiénes son hoy los beneficiarios de la Muerte de Mouriño y Santiago?
¿A quién beneficia que un avión se desplome en uno de los principales cruceros de la Ciudad de México?
La muerte coincidente de Santiago Vasconcelos y Mouriño Terrazos hace levantar sospechas. El primero, dueño de mucha información sobre los cárteles del narcotráfico y el segundo “espejo” de Calderón y alguien que también era poseedor de información. Si el golpe fue fortuito, es decir, producto de un accidente, es prueba plena de negligencia en el ejercicio del poder, si fue un atentado, es muestra de la debilidad del gobierno federal ante la delincuencia organizada. Y no sólo debilidad, sino que denota la existencia de una grave infiltración, como ya había sido demostrada la semana pasada.
Además, no se ha caído aun en la cuenta de que siendo accidente, los habitantes de la Ciudad de México, están en un grave riesgo de que la caída de un avión sobre suelo urbano se repita. Otra muestra de negligencia.
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