Calderón aumenta la agresión y su rabia narcisista

El mentor político de Calderón, Castillo Peraza le decía:
"Tu naturaleza, tu temperamento es ser desconfiado hasta de tu sombra. Si te dejas llevar por ése, entonces no te asustes de no contar ni con tu sombra: ella misma se dará cuenta que es sombra, pero que no es tuya; será sombra para sí, no contigo, no tuya".
Este es un reconocimiento cercano de núcleos paranoides. Ya se había visto que la patología de nuestro “presidente” es evidente. Un narcisista, cuando se siente derrotado, puede desarrollar síntomas paranoides y depresivos importantes, que, si se está en una posición pública, podrían ocasionar graves daños a los gobernados.
Dados los altos montos de vergüenza experimentados por el narcisista maligno, que se manifiestan en situaciones donde las gratificaciones deseadas no son alcanzadas, se da un proceso proyectivo en el que la agresión tenderá a ser asimilada por el narcisista, llegando a grados extremos, que podrán incluir la destrucción rabiosa de los objetos que antes eran reconocidos como ideales, para llegar incluso al suicidio. Esto explica en gran medida la debacle en la que pueden llegar a caer los líderes políticos narcisistas patológicos cuando su poder e influencia decaen.
Es de esperarse en el horizonte cercano, si no corrige su padecimiento o por lo menos lo acepta –tal es el llamado que se le hace desde su partido - , que la agresión crezca, utilizando los medios represivos para tal fin, con lo que la ingobernabilidad se desataría aún más. De ahí que también ya haya llamados desde Washington para que actúe en definitiva y con inteligencia. Lamentablemente, dentro del aparato represivo hay muchos beneficiarios, obteniendo ganancias secundarias de la agresión que el líder político ha desatado.

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