Interpretación Social para la Independencia y el Cambio Revolucionario

Es necesario divulgar la realidad nacional y concientizar al pueblo sobre la importancia de actuar en todos los frentes para lograr un cambio, empezando por su actitud interna, que debe alejarse de la dependencia voraz y acercarse a las más variadas formas de lucha y enfrentamiento contra la clase política gobernante. Hay que hacer frente a los grandes esfuerzos propagandísticos del régimen ilegítimo y espurio por mediatizar a la población. Por ejemplo, acerca de la pobreza, hay que recordar los retrocesos, que incluso el mismo gobierno reconoce, pero esconde en su propaganda.
“El refrán antiguo no ha perdido vigencia: “Pobre del pobre que al cielo no va,/lo friegan aquí, lo friegan allá” (En atención a la decencia de siglos puse “friegan” en lugar de “chingan”, como en la expresión original). Esto se relaciona con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que el 10 de diciembre da a conocer cifras a modo de plazas sembradas en dispositivos de exterminio. Según el Coneval, hasta 2008 sólo 18 por ciento de los mexicanos —19.5 millones— disponían de los ingresos suficientes para vivir y tenían a su favor todos los satisfactores, de acuerdo con la Medición Multidimensional de la Pobreza. Con su traición habitual, las cifras desmienten a los gobernantes, desde Vicente Fox que aseguró haber erradicado la pobreza hasta Felipe Calderón, que da por resuelta la crisis y luego se declara abrumado por la condición de sus gobernados (Carlos Monsivaís, El Universal, 13 de diciembre de 2009)”.
La injusticia crece y nadie la preserva. Se ve en el incremento de la pobreza. En el imaginario de la clase política no habita el deseo de servir, solamente vive la codicia, manifestación de una voracidad patológica, perversa. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué el cinismo de los políticos crece y todos nos callamos? Acaso, ¿La pobreza moral, el miedo y la expectativa voraz también inmovilizan al pueblo? Pareciera que nos estamos identificando demasiado con los corruptos líderes que gobiernan, que nos conformamos en espera de que “nos salpiquen”, ya ni siquiera el pueblo mexicano tiene dignidad y convive en le corrupción generalizada de la nación.
Valdría la pena investigar desde el punto de vista psicológico la actitud pasiva de la población mexicana ante la creciente miseria moral y económica. ¿Por qué estamos inmovilizados? ¿Es acaso la demencia que provocan los medios de comunicación? ¿O la gravedad del atraso del sistema educativo? ¿La intoxicación adictiva por diversos medios, además de las drogas de la población? Lo que si es claro es que tenemos que hacer una movilización urgente, dinámica, poderosa que acabe con la situación.
Por ello también es importante interpretar la situación psicológica social de inmovilidad política popular para lograr que las fuerzas sociales se pongan en marcha. ¿Cuál es esta interpretación? Que pareciera que el pueblo mexicano se ha convertido, a través del clientelismo y del aparato mediático, en un infante inerme, psicótico y dependiente que espera inmóvil y fantasiosamente que una madre gorda y corrupta - el gobierno espurio, apoyado por el sistema de partidos políticos –, le alimente. Esta interpretación debe ser difundida lo mejor posible por quienes deseamos el cambio. Es preciso generar cada vez más enlaces y nodos en las redes sociales de comunicación alternativa, proponiendo la movilización en todos los frentes. Por ejemplo, los periodistas que hoy se mantienen sin aportar y preservan el esquema de comunicación política que los gobiernos corruptos proponen, debieran hacer una reflexión ética y actuar para ser más críticos y proactivos en la difusión de la comunicación política que socave al estado de cosas de la política mexicana. Tengamos una nueva esperanza de independencia y cambio revolucionario popular para el 2010.

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