Vándalos



Se escandaliza la clase en el poder cuando ve que jóvenes realizan actos de autodefensa en contra de las fuerzas represivas y cuando dañan el mobiliario público y privado. Incluso miembros "izquierdistas" de la clase política condenan los hechos. Se acusa al Estado de infiltrar provocadores.

Pero cualquier joven, pagado o por su propia voluntad, que tiene comportamientos violentos, bien puede estar respondiendo a un estado de desesperación, producto de la ausencia de esperanza y expectativas, ante un mundo que no se las ofrece. 

En vez de ofrecer garrote, el Estado debiera ofrecer oportunidades de a de veras. 

La estrategia de criminalizar la protesta juvenil, tiende a producir miedo en la población y de muestra del escalamiento de la espiral de violencia en México. Cualquier creencia de que Peña por si simple asunción al poder podrá conjurar al Tanatos, es una falacia. 

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