Comunicación Política

Existe toda una orquestación de comunicación política al inicio del "mandato" de Peña Nieto.

1. Reposicionar al ejército y policía federal, cuya imagen pública quedó maltrecha debido a los actos represivos de la supuesta "guerra al narco" de Calderón.
2. Aparentar que se combate a la corrupción. La detención de Elba Ester Gordillo es una simulación al más puro estilo salinista.
3. Hacer propaganda hacia la población para "convencerla" de que gobierna un "nuevo PRI", cuando en realidad se trata del mismo grupo de delincuentes con la integración de una nueva generación de ellos de mayor voracidad.
4. Dar a conocer planes contra "el hambre" y de "infraestructura", para tratar de ofrecer una imagen de que se mejorará la economía.

La realidad es que la depredación continuará. El sistema se está autodevorando y requiere consumir lo que le queda al pueblo. Esa misma voracidad autodestructiva, les va dejando poco espacio para el despliegue de su inteligencia.

La voracidad destructora de la camarilla en el poder, es un síntoma de su mega patología narcisista, no se dan cuenta de que al destruir al pueblo se destruyen a sí mismos. Ellos creen - sobre todo su líder Salinas - que son los únicos que pueden gobernar al país. Se equivocan, pues ya existen otros criminales que se les enfrentan y pronto la voluntad popular también les hará la guerra.

Esta condición autodestructiva debe aprovecharla el pueblo para atacar. Sin embargo, ante una resistencia y ataque popular, la represión violenta, que surge precisamente cuando la inteligencia se ha agotado, habrá de generar terror. ¿Cómo se puede en esta lucha ir por el cambio sin caer en el juego de terror del estado? Se ha llegado a un  punto en el que el pueblo ya no puede mantenerse en la inacción. La sobreviviencia del país está en juego.

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