Propaganda Represiva Salinista

Salinas está de vuelta en el poder. O tal vez nunca se fue. Es el mejor testaferro de los intereses del gran capital internacional y por eso ahí lo sostienen. Es un poder destructivo, pudiera decirse maligno y antipopular.

Este sostenimiento requiere de propaganda. Se utiliza primordialmente para apuntalar al títere Peña Nieto y a sus fuerzas represivas. No es de balde que traten de reposicionar al ejército en el imaginario popular.

Cada vez irán apretando más las pinzas de la represión. De ahí que quieran sobredimensionar y criminalizar los conflictos estudiantiles en al ciudad de México o que instiguen el odio mediático contra las polícias y fuerzas de autodefensa populares. Saben que por ahí y por muchos otros lados estamos surgiendo para enfrentar su podredumbre.

¿Cuál puede ser la mejor defensa popular? Pareciera que una población agotada por la depredación económica, cultural y moral no sería capaz de defenderse y que la represión aumentada acabaría por reprimirles.

Hay que empezar por estar ajenos cada vez más a sus estrategias económicas y culturales. La solidaridad popular en las actividades económicas, alejarse del tráfico de los oligopolios es imprescindible.

La manifestación pública a favor de los derechos de las personas reprimidas y cooperar económicamente para el sostenimiento familiar con aquellos que han sido heridos o detenidos debe ser una práctica cotidiana. Debemos convertirlo en cultura, sí, una cultura de la protesta.

Seguramente se incriminará falsamente a cada vez más personas que no quieran vender su dignidad y que quieran alejarse de los entes podridos que componen a la clase política. Desde allí, se acusará falsamente, se difamará y se pretenderá llevar a la muerte a muchas personas. Debemos oponernos espontáneamente, todos los días, en todos los medios contra esta represión planeada.

Salinas cree que su labor destructiva será fácil. Le pondremos muchos obstáculos hasta el fin. Hacer crecer una cultura de la protesta popular, le pondrá en el entredicho. Sobre todo hay que avergonzarlo a él y a sus secuaces narcisistas, eso no lo tolerará.

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