Dejar de comportarnos como ciudadanos sometidos y pasar a
ejercer una ciudadanía proactiva, para enfrentar a un Narcoestado genocida es
un imperativo al que ningún mexicano puede ser ajeno. No podemos volver otra
vez a la sumisión pasiva.
Actuar en pro de la transformación del país implica no
someternos a las autoridades actualmente impuestas por la mafia en el poder.
Nos enfrentamos en los medios de comunicación masiva
(periódicos, revistas, radio y televisión)
e incluso en las redes sociales a partidarios duros y pagados por
nuestros adversarios, pero también a personas que por miedo obedecen a las
directrices de la mafia en el poder. Estas personas de pensamiento autoritario,
basan su discurso más en la memorización de lo que la mafia en el poder
(autoridades) les han dicho y repetido constantemente mediante su propaganda
mediática que en una fuente independiente y objetiva. En estas personas existe
una fuerte tendencia a no integrar la información y producir una opinión
propia, sino que la aíslan y toman como propias y aceptables las opiniones de
los portavoces del régimen autoritario. El miedo que han asimilado debido a la
propaganda de los hechos sangrientos hace que crean que lo mejor es que haya
una autoridad fuerte que se imponga y gobierne (Altmeyer, 2004).
Tanto el fusilamiento de civiles desarmados en Tlataya como
la actuación de los policías de Iguala en la desaparición forzada de los
estudiantes normalistas, a quienes agredieron con furia homicida, hace ver que
las personas que tienen una asignación en los cuerpos de seguridad, pasan de
ser sujetos que favorecen por miedo a un gobierno represivo, a constituirse en
perpetradores voluntarios (Goldhagen, 1996). Vienen a ser parte de una
institución de matanza genocida, que encabeza el jefe del Ejecutivo Federal,
quien representa a la mafia en el poder. Esto es algo que todos los militantes
de Morena debemos transmitir a la Opinión Pública Nacional e Internacional.
El Narcoestado mexicano decretó de facto la violencia de
todos los cuerpos represores contra los jóvenes. El genocidio es patente.
Debemos convencer a la mayor cantidad de personas posible, que deben alejarse
de una posición autoritaria que apruebe a un Estado genocida que mata jóvenes.
Esto implica exorcizar el miedo en las personas que tienen pensamiento
autoritario como resultado de la propaganda política de la mafia en el poder.
Es importante repetirles que dicha actitud la tienen por miedo.
Es importante también instilarles esperanza, que dejen de
ver a un México como un país violento y sin esperanza, que con Morena podemos
cambiar al país, si ellos se suman a nosotros. Debemos incluir a las personas
que se alejan del miedo causado por el Narcoestado genocida.
Debemos hacerles ver y creer que nosotros no somos violentos
ni peligrosos y demostrarles cómo la mafia en el poder ha generado grupos de
paramilitares genocidas que siempre aparecen con ligas con el Narcoestado o
mafia en el poder.
Pero pasar a la acción, más allá de convencer a posibles
votantes de manera propagandística, puede ser mucho más efectivo. La cuestión
está en qué podemos hacer los militantes de Morena para que por medio de
nuestras acciones de resistencia civil pacífica, sigamos ganando adeptos.
Referencias
Altmeyer,
R. (2004). The other “Authoritarian Personality”. En Jost, J. y
Sidanius, J. (2004). Political Psychology.
New York, Psychology Press.
Goldhagen, D. (1996). Los
Verdugos Voluntarios de Hitler. Madrid, Taurus, 2003.
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