PSICOLOGÍA DEL RUMOR

Psicología del Rumor

Chisme averiguado, jamás es acabado
Refrán popular mexicano

Los efectos de las catilinarias de Cicerón en contra de sus adversarios políticos fueron primordialmente propagandísticos. Mucho del apoyo del pueblo alemán al régimen nazi estuvo basado también en la propaganda. Domenach (1950) parafrasea a Napoléón para confirmar la importancia de esta actividad política:
Napoleón, muy consciente de los procedimientos que hacen admirar a los jefes y divinizar a los grandes hombres, había comprendido perfectamente que un gobierno debe preocuparse, ante todo, por obtener el asentimiento de la opinión pública. "Para ser justo no basta con hacer el bien; es necesario, además, que los gobernados estén convencidos de ello. La fuerza se funda en la opinión. ¿Qué es el gobierno? Cuando le falta la opinión, nada."
En la guerra, la política y los negocios, la competencia es despiadada, mortal. La guerra sucia que allí se da se caracteriza en parte por el esparcimiento de rumores, sobre todo a través de las redes sociales de internet. Sobre la utilización del rumor en la política mexicana, dice John Ackerman (2017):
“El régimen autoritario ya viene ensayando nuevas estrategias de fraude para complementar las ya utilizadas en 1988, 2006 y 2012, y así evitar tener que reconocer su inminente derrota en 2018. Uno de los mecanismos nuevos más importantes es la utilización de las redes sociales para sembrar pánico y miedo entre la población”.
La confrontación desinformativa basada en rumores consiste en el uso sistemático de ellos para influenciar el pensamiento y los sentimientos de un determinado grupo social, habiendo definido previamente una meta social significativa. Se realiza al nivel personal y colectivo a través de los medios masivos de comunicación como son la prensa, el radio, la televisión, el cine y las redes sociales de internet como son Twitter y Facebook. (Zheltukhinaa, Slyshkinb, Ponomarenkoc, et al., 2016). Esto sucede en un contexto informativo completamente inundado de noticias de todo tipo en el que los temas de hoy fenecen en el imaginario social a los pocos días e incluso a las pocas horas.
Para Klapper (1960, citado por Kinder, 2003), las funciones de la comunicación de masas son más frecuentemente un agente de reforzamiento que uno de cambio. El esparcimiento de un rumor vendría a ser entonces un reforzado de una creencia que crecido entre la sociedad acerca de un determinado hecho. Sin embargo, un rumor sistemáticamente dirigido a una categoría social con respecto a un tema en específico, sí podría tender a formar a la opinión pública, dependiendo de la influencia que logren conjugar la atención, la persuasión y la acción puesta en torno al rumor (Kinder, 2003).
La atención tendría que ver con el sentido que dan los ciudadanos a un tema, que tanto le ponen atención y qué prioridad le dan en su agenda. El rumor busca persuadir a los ciudadanos del grupo al que se dirige para que cambien de actitud y realicen una conducta deseada, como puede ser dejar de comprar un producto o rechazar a  un candidato. El rumor habrá sido eficaz si los que lo han recibido pasan a la acción, ya sea realizando la conducta esperada y/o apoyando en su propagación.
El rumor es el medio masivo de comunicación más antiguo del mundo. Es una información que de pronto emerge y que no hay manera de confirmarla objetivamente, puede ser  una información normalmente falsa que se disemina socialmente y que la opinión pública al no poder verificar su veracidad. En tiempos de guerra o conflicto político (Knapp, 1944), pueden darse rumores acerca de temas temidos o negativos, con respecto a situaciones deseadas o positivas o rumores fundados en hostilidad o aprecio a determinado grupo social. De acuerdo a DiFonzo (2007), los rumores negativos se esparcen más rápido que los positivos.
El rumor se esparce mejor en tiempos de estrés social (Knapp, 1944). Los rumores pueden diseminarse como incendios forestales, como un caótico enjambre de abejas y es análogo a las situaciones de pánico que se dan en las masas. Por eso se habla de que las redes se “incendian”. Los rumores son percibidos como algo misterioso y hasta mágico,se dice que incluso llega a producir un efecto hipnótico, fascina, se impone, atrapa y mantiene a la gente atenta a él, pues su difusión depende de la disponibilidad de fantasías que tiene en común un grupo suficientemente grande de personas (Rosenbaun y Subrin, 1963).
El rumor alimenta la ansiedad colectiva, tanto que incluso puede provocar respuestas psicosomáticas en la población  como sucedió en el noreste de Estados Unidos cuando las personas tuvieron erupciones cutáneas que se atribuían al ántrax sin estar realmente infectadas(Bartholomew y Victor, 2004).
Los rumores tienden a reforzar los prejuicios en contra de grupos sociales adversos.
El mercado financiero y la competencia entre las empresas utilizan el rumor de manera constante. Los mercados financieros son el medio ideal para los rumores por diversas razones: el número de participantes es limitado, los actores son en su mayoría expertos en al campo y están inundados con noticias, el tiempo es crucial y el riesgo financiero siempre está presente. En este caso los rumores no son misteriosos y siguen ciertos mecanismos lógicos de gran fuerza que pueden ser analizados con detalle (Schindler, 2003). A veces, un rumor falso puede convertirse en una “profecía autocumplida”, por ejemplo, un rumor acerca de la quiebra de una empresa puede hacer que la empresa quiebre.
Los rumores proveen de conocimiento acerca de la estructura de la comunidad y de la ansiedad colectiva. Esto tiene su origen en la narrativa oral y los mitos, pilares de la cultura humana.
El rumor puede poner en palabras los deseos de la gente, o sus miedos, o puede ser un rumor agresivo que tienda a destruir la lealtad y la adhesión a un proyecto. El rumor se puede esparcir con mayor velocidad si existe falta de información veraz entre la opinión pública y además existe premura por informarse. Por ejemplo en situaciones de volatilidad financiera o coyunturas políticas, los rumores se esparcen con mayor eficacia. El rumor deja de serlo cuando se comprueba su veracidad y se convierte en hecho probado, si bien de él se pudieran desprender otros rumores.
La investigación ha producido cuatro conceptos que se pueden aplicar a esta clase de dispersión: motivación, situación, contexto narrativo y confianza.
1.       Motivación. El rumor surge del deseo social. En cuanto a la motivación, la opinión pública pudiera estar orientada a buscar la verdad y extrae de los rumores información que cree que le podría conducir a ella, también puede ser que el emisor espera complacer o divertir al receptor con el chisme. Existen motivaciones propias como justificar los deseos del emisor, su elevación de autoestima o defenderse de cierto riesgo percibido o identificarse con los valores de algún grupo en particular. Además el esparcimiento de un rumor puede estar fundado en un deseo de venganza o el logro de una meta estratégica. En el último caso la motivación de diseñar el contenido de un mensaje doloso y diseminarlo tiene un claro objetivo de destruir a un oponente.
2.       Situación. El equilibrio social en el que se inicia la dispersión de la información es importante. Hay momentos en los que existe especial vulnerabilidad. Por ejemplo en México el reciente aumento abrupto del precio de la gasolina se prestó a que se diseminaran rumores acerca de rebelión popular, que se atizaron con saqueos orquestados en redes sociales a tiendas departamentales.
3.       Contexto. Los rumores reflejan y tienen resonancia con grandes contextos narrativos referidos a lo cultural, histórico e ideológico, lo que permite entender mejor los procesos de cada grupo social, ya que un rumor se esparce si el contexto sociocultural lo lubrica.
4.       Confianza. Cuando se tiene cierto nivel de confianza en el objetivo que pretende atacar el rumor, es más difícil alterar la percepción de quien lo recibe y se limita su difusión. El esparcimiento de esta clase de información es un acto de comunicación orientado a determinadas metas.
La preocupación sociológica y psicológica de estudiar el rumor de forma analítica provino de la segunda guerra mundial, dado que fue en esa época en la que tanto el radio, la prensa como la dispersión boca a boca, se convirtieron en poderosas armas de propaganda en contra de los enemigos y se utilizaban con la finalidad de desmoralizar a su ejército y población. En esta época de redes sociales de internet, la “rumorología”, ha resurgido (Singal, 2008), debido a que ahora se cuenta con mejores herramientas para entender el problema, en especial la forma en que se dispone de software para analizar los mensajes que se difunden en redes sociales y que multiplican la velocidad de dispersión de los rumores.
Siempre hay cuestionamientos acerca de cómo se ha propagado cierto rumor y también se quiere saber, desde ciertos intereses destructivos, cómo se puede hacerlo de manera eficaz. Los rumores pueden ser producidos por un grupo social para realizar ataques envidiosos a otro del que se quieren diferenciar y odian. Si existen personas que se identifican entre sí por el odio que tienen hacia otro grupo, los rumores que se dispersen contra los adversarios tendrán eficacia y producirán cohesión. Puede atacarse con el rumor incluso algo que en realidad pudiera ser digno de admiración y que el grupo envidioso sería incluso capaz de poseer, pero por sentimientos de autodevaluación, proyecta en el otro y le envidia (Barrows, 2002)
El rumor bien puede iniciar la discusión abierta de temas que pueden ser considerados tabú (Rosenbaun y Subrin, 1963). Su construcción puede ser apoyada por la psicología de los mitos,  narraciones sagradas que están en constante flujo y son interpretadas por las voces que los relatan (Orfanos, 2006). Si se toma en cuenta la existencia de un inconsciente colectivo (Jung,  ) que tiene sus raíces en mitos primigenios de la cultura humana, los rumores pueden ser estructurados de la misma manera que algunos mitos fundacionales, apocalípticos,
Los mitos malignos son los que más impacto tienen en la población (Victor, 1990). Por ejemplo, pueden dispersarse rumores acerca de un ser o persona malvada que hace daño a quien lo encuentra. Recientemente se propagó el mito del payaso asesino. El rumor sobre la maldad del adversario es proyección de la propia percepción inconsciente. Pero esta percepción bien pudiera estar arraigada en el inconsciente colectivo y estar ancestralmente ligada a los mitos y creencias religiosas. Es fácil que en una época en la que se renuevan los fanatismos políticos, religiosos y raciales, renazca la mitología en la forma de rumor.
Tsvetan Todorov (2008: 130) pone en relevancia la frase de Samuel Huntington acerca de su hipótesis de choque de civilizaciones: En la actualidad los conflictos más peligrosos surgen a uno y otro lado de las líneas que delimitan las principales civilizaciones del mundo”, para señalar la intolerancia que recorre el mundo, pero que se asienta primordialmente en el mundo imperialista. Todorov da la idea de que esta clase de fundamentalismo ha propagado el rumor de que la civilización occidental está en peligro de muerte y que tiene que defenderse. Y este rumor ha permeado por ejemplo en los procesos electorales recientes de Estado Unidos y Europa.
Evitar y combatir rumores es una tarea muy importante para cualquier comunicador.

Referencias
Ackerman, J.  "Como parar el fraude de 2018". Publicación original en Proceso y reproducido en el blog Soberanía Popular https://soberaniapopularmx.blogspot.mx/2017/03/como-parar-el-fraude-de-2018-revista.html consultada el 6 de marzo de 2017.
Barrows, K. (2002). Envy. Cambridge, Totem Books.
Bartholomew, R., & Victor, J. (2004). A Social-Psychological Theory of Collective Anxiety Attacks: The "Mad Gasser" Reexamined. The Sociological Quarterly, 45(2), 229-248. Retrieved from http://www.jstor.org/stable/4121171
Domenach, J. M. (1950). La Propaganda Política. Buenos Aires, EUDEBA, 1968.
Kinder, D. (2003). Communication and Politics in the Age of Information. En Sears, D, Huddy, L. y Jervis, R. (Comp.). Oxford Handbook of Political Psychology. Oxford University Press.
Knapp, R. (1944). A Psychology of Rumor. The Public Opinion Quarterly, 8(1), 22-37. Retrieved from http://www.jstor.org/stable/2745686
Laurence, R. (1994). Rumour and Communication in Roman Politics. Greece & Rome, 41(1), 62-74. Retrieved from http://www.jstor.org/stable/643134
Orfanos, S.D. (2006). Mythos and Logos. Psychoanal. Dial., 16:481-499.
Rosenbaum, J.B., Subrin, M. (1963). The Psychology of Gossip. J. Amer. Psychoanal. Assn., 11:817-831.
Schindler, M. (2003). Rumors in Financial Markets. Survey on how they evolve, spread and are traded on. University of Zurich Institute for Empirical Research in Economics. http://pascalfroissart.online.fr/3-cache/2003-schindler.pdf consultada el 11 de marzo de 2017.
Singal, J. (2008).  How to fight a rumor. Boston Globe. October 12, 2008. http://archive.boston.com/bostonglobe/ideas/articles/2008/10/12/how_to_fight_a_rumor/?page=2 consultado el 8 de marzo de 2017.
Todorov, T. (2008). El Miedo a los Bárbaros. Más allá del Choque de civilizaciones. México, Galaxia Gutemberg, 2013.
Victor, J. (1990). Satanic Cult Rumors as Contemporary Legend. Western Folklore, 49(1), 51-81. doi:10.2307/1499482
Zheltukhinaa, M., Slyshkinb, G., Ponomarenkoc, E., et. al. (2016).  Role of Media Rumors in the Modern Society. International Journal of Environmental and Science Education. 2016, Vol. 11, No. 17, 10581- 10589.



Comentarios

Unknown dijo…
Es muy interesante este tema del rumor. Incluso en terapia de pareja, nos damos cuenta de cómo un rumor puede sacudir o llegar a destruir internamente la relación. He ahí el poder del lenguaje y la comunicación.
Si en algún momento quieren intercambiar ideas e intereses sobre el tema de la comunicación, la psicología y la política, pueden contactarnos a nuestra página:
http://www.terapiadepareja-df.com.mx/