El odio provocado por el adversario político puede ser aprovechado por éste para promover una imagen negativa de su contrario.
Por ello es muy importante que los morenistas no caigamos en provocaciones.
Es más probable que los que aprenden a odiar a una figura o partido político se vayan desplazando a un voto útil en contra, de ahí que una actitud tolerante e incluso amorosa hacia las diatribas de los adversarios tenderá a pintarlos a ellos como los agresores.
Ya lo dijo AMLO: AMOR Y PAZ PARA LOS ADVERSARIOS.
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