La confrontación desinformativa basada en rumores consiste
en el uso sistemático de ellos para influenciar el pensamiento y los
sentimientos de un determinado grupo social, habiendo definido previamente una
meta social significativa.
En la guerra, la política y los negocios, la competencia es
despiadada, mortal. La guerra sucia que allí se da se caracteriza en parte por
el esparcimiento de rumores, sobre todo a través de las redes sociales de
internet.
La confrontación desinformativa basada en rumores consiste
en el uso sistemático de ellos para influenciar el pensamiento y los
sentimientos de un determinado grupo social, habiendo definido previamente una
meta social significativa.
Se realiza al nivel personal y colectivo a través de los
medios masivos de comunicación como son la prensa, el radio, la televisión, el
cine y las redes sociales de internet como son Twitter y Facebook.
Esto sucede en un contexto informativo completamente
inundado de noticias de todo tipo en el que los temas de hoy fenecen en el
imaginario social a los pocos días e incluso a las pocas horas.
Un rumor sistemáticamente dirigido a una categoría social
con respecto a un tema específico, sí podría tender a formar a la opinión pública,
dependiendo de la influencia que logren conjugar la atención, la persuasión y la acción puesta en torno al
rumor.
El proceso de imposición de una “posverdad” se lleva a cabo
así:
- · Un líder de opinión esparce el rumor.
- · El rumor “se confirma” en redes sociales.
- · Los usuarios de redes, incluyendo los bots lo vuelven viral.
- · Los medios masivos le dan “credibilidad” al rumor.
- Se producen las consecuencias deseadas.
Las redes sociales de internet son una forma de
comunicación, pero debe tomarse en cuenta que cada individuo tiene su propia
significación psicológica en lo que hace allí.
Su correcta utilización política es materia de la
Comunicación y Psicología. También la interpretación de los mensajes y
fenómenos de comunicación que allí se presentan.
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