Pudiera pensarse que mañana termina la lucha, la larga marcha para llegar al poder en México y que ahora sí habrá un "cambio de régimen". ¿Será? ¿Acaso no existe una alianza entre la reacción y el sistema de poder mundial capitalista?
No, la lucha no ha terminado, incluso si nos ponemos a pensar que una gran cantidad de esbirros del conservadurismo ha logrado incrustarse en el gobierno de López Obrador. Priístas, Yunquistas, Panistas, miembros de la Delincuencia Organizada y muchos otros advenedizos convenencieros. A todos ellos hay que denunciarlos.
¿Tendrá López Obrador la capacidad de detectar y sacudirse a los traidores? La Historia está plagada de traiciones, incluso mortales. Gente que estando cerca, procura el mal de su jefe, quien ha tenido que confiar en ella debido a un pragmatismo que le permitiera llegar al poder en la tercera oportunidad, en la "vencida". Estos traidores en un principio harán todo lo posible por no aparecer visibles, pero pronto, tendrán que rendir cuentas a sus verdaderos patrones, quienes tuvieron el cuidado de tener expedientes y cuidar su posesión de los medios masivos de comunicación.
Así llegamos a la "Cuarta Transformación". Para el autor de este blog, que ha mantenido sus ideas desde hace mucho tiempo y que se han expresado aquí desde hace más de doce años, debiera ser momento de celebración. No será así, pues me dedicaré a estar alerta ante esa clase de traidores a la Cuarta Transformación.
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